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Centro Histórico

Centro Histórico

La Vila Joiosa es color. El casco antiguo de La Vila Joiosa ha conservado su arquitectura popular intacta hasta nuestros días. Está declarado Bien de Interés Cultural y, como se apunta en su declaración de Conjunto Histórico, “es quizá el núcleo mejor conservado de la Comunitat Valenciana”.

La Vila Joiosa no fue ciudad de familias nobles sino de pescadores, marineros, comerciantes e industriales, por eso no encontramos casi arquitectura de sillería sino tradicionales casas de mampostería enlucida y pintadas de diferentes colores, que lo convierte en el ejemplo mejor conservado de la policromía tradicional del Mediterráneo Occidental, junto a Girona, Malta o algún barrio de Venecia.

Sus fachadas alegres nos invitan a pasear y adentrarnos en sus callejuelas e ir descubriendo, por ese laberinto de colores, los mil detalles que en él se esconden: aleros decorados, hornacinas, rejerías, balcones… <br />En este Conjunto Histórico encontramos dos monumentos singulares también declarados Bien de Interés Cultural: la Iglesia-Fortaleza de Ntra Sra de la Asunción, una de las tres únicas iglesia-fortaleza de la provincia de Alicante, y las Murallas, ejemplo único de murallas urbanas renacentistas pre-abaluartada.

Murallas

Del siglo XVI al XVIII La Vila Joiosa fue diana de importantes invasiones de corsarios turcos y argelinos, y de otras confrontaciones bélicas. Como consecuencia de un gran ataque corsario en 1538 (origen histórico de las fiestas de Moros i Cristians) y otro en 1543 que arrasó el municipio, a mitad de siglo se firmó una Real Orden para reconstruir las murallas.

Sabemos, a través de un grabado, que La Vila Joiosa en el último tercio del siglo XVI estaba rodeada de un cinturón amurallado con tres baluartes circulares, con la parte inferior inclinada para resistir mejor los cañonazos.

En la actualidad se conservan íntegros dos lienzos de muralla: oeste y noreste. Este último discurre por la costera de la Mar, entre dos cubos circulares: el más cercano al mar es el ‘Baluard del Pou’ (Baluarte del Pozo), porque detrás estaba el pozo más importante del municipio, el ‘Pou de Sant Vicent’ y el otro es el ‘Baluard del Retor’ (Baluarte del Cura) por su proximidad a la abadía. Recientemente se ha descubierto en la fachada de una vivienda, en la calle Costereta, una fuerte obra defensiva justo donde estaba el tercer baluarte, el del Portalet. Con este hallazgo, y su puesta en valor, se recupera la última de las tres torres renacentistas, que junto al castillo bajomedieval ubicado en el ángulo de poniente de la ciudad amurallada (junto al ‘Baluard del Portalet’) convirtieron a La Vila Joiosa, como capital de requerimiento de defensa, en una de las fortalezas mejor artilladas del reino.

Las murallas de La Vila Joiosa son ejemplo de “muralla urbana renacentista pre-abaluartada, es decir, de un ‘estilo’ muy breve en el tiempo y que desapareció al aplicarse de forma generalizada la planta “Vauban” (consistente en baluartes macizos, frecuentemente de formas triangulares, que forman fortalezas de plantas estrelladas)”. Por este motivo las murallas de La Vila Joiosa son excepcionales y supusieron el fin de un antiguo sistema de defensa medieval. La propia Iglesia de la Asunción, de estilo gótico catalán, se integra en la muralla como una iglesia-fortaleza, de hecho el gran ábside constituye la torre principal de la muralla.

Estas murallas fueron declaradas Bien de Interés Cultural en 1985.

La vila Joiosa desde el cielo
Murallas y Playa
Campanario

Iglesia-Fortaleza

La Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción es uno de los Bienes de Interés Cultural que encontramos en el Centro Histórico de La Vila Joiosa, también en su conjunto declarado BIC. Es una de las tres únicas iglesias-fortaleza de la provincia de Alicante.

Al igual que las murallas adopta una imagen exterior de edificación militar para la defensa. El ábside forma una enorme torre de la muralla renacentista, con muros muy anchos y muy pocas ventanas. Lo más característico es el paso de ronda alrededor del tejado con saeteras para disparar a los atacantes y con alguna gárgola en forma de cañón para despistar al enemigo.

De hecho, La Vila Joiosa, como capital de uno de los diez requerimientos del reino para la defensa anticorsaria en el siglo XVI, era una de las fortalezas mejor artilladas de Valencia. La visita a este paso de ronda es más que recomendable, no sólo por descubrir los entresijos de un edificio religioso con apariencia militar, sino también por las vistas.

En su interior el templo, del gótico-levantino, presenta una sola nave, capillas entre contrafuertes y escasa decoración. A excepción de la capilla dedicada a la Patrona de la ciudad, Santa Marta, inaugurada en 1740, con muchos elementos decorativos y que alberga una imagen de la santa del siglo XVII, con sus atributos característicos: un pequeño cubo y un hisopo ( aspersorio de agua bendita) con los que dominó a un dragón.

Campanario de frente
Campanario de lado
Campanario de la iglesia
Campanario desde abajo
Casas de colores al lado del campanario
Vistas desde el campanario
Vistas al mar desde el campanario

Castillo

La Vila Joiosa fue fundada en 1301 por el almirante del Rey Jaume II, Bernat d’En Sarrià. Era una pobla nova, es decir, de nueva creación, no existía antes, aunque se construyó sobre las ruinas de una antigua ciudad romana. En esta colina, junto a la villa, se levantó un castillo bajomedieval de planta rectangular con torres cuadradas a sus esquinas, alrededor del cual había un foso. Un castillo en el que residía el señor de la villa y que en 1708, durante la Guerra de Sucesión fue totalmente destruido. Las piedras de este castillo fueron utilizadas por los vecinos del lugar para construir el arrabal de San Cristóbal.

Sin embargo el lugar donde estuvo ubicado este castillo mantuvo el nombre de ‘El Castell’ y en 2009, después de unas excavaciones arqueológicas que demostraron que no quedaban restos de él, se construyó un parque cultural. Sólo apareció en esas excavaciones un acueducto de un metro y medio de alto del que se puede ver en el parque un tramo de su bóveda.

El castillo de La Vila Joiosa era el centro de organización y control de toda la defensa anticorsaria del requerimiento de La Vila Joiosa que abarcaba toda la Marina Baixa. Por eso en este parque cultural de ‘El Castell’ encontramos diferentes paneles explicativos sobre cómo se organizaba la defensa anticorsaria del siglo XVI al XVIII y sobre las fiestas de Moros i Cristians, declaradas de Interés turístico Internacional, que tiene su origen en el ataque corsario de 1538. Además también hay una maqueta del casco antiguo de La Vila Joiosa que nos permite, de una manera visual y táctil, saber dónde estaba ubicado y cómo era el castillo de La Vila.

El castillo de día
El castillo de noche

Casas sobre la muralla

La imagen más ‘tipica’ de La Vila Joiosa es este lienzo de piedra y color que vemos desde el puente de la carretera o desde la orilla sur del rio Amadorio en su tramo final. Las piedras de las murallas renacentistas y los colores característicos del Centro Histórico vilero, uno de los mejores conservados y ejemplo de policromía del Mediterráneo occidental, nos demuestra la adaptación de los espacios a los diferentes momentos históricos.

Después de que en 1543 los berberiscos destruyeran las murallas y la iglesia de la ciudad, una Real Orden propició la reconstrucción de estos edificios, puesto que no se podía permitir que La Vila Joiosa, capital de uno de los diez requerimientos del reino para la defensa anticorsaria, no fuera una de las fortalezas mejor artilladas del reino.

Con los impuestos de la seda, la ‘Generalitat’ de la época, financió la muralla que limitaba la ciudad con el río Amadorio. En la Guerra de Sucesión La Vila Joiosa, junto con Alicante, fue la última ciudad en rendirse y las tropas borbónicas destruyeron las puertas de la ciudad. Aunque durante el siglo XVIII La Vila Joiosa sigue sufriendo ataques corsarios a finales de siglo el peligro argelino desaparece y la muralla deja de ser útil. Es a partir de ese momento cuando los vecinos comienzan a construir sobre ella dibujando, sin saberlo, lo que sería la imagen más fotografiada de La Vila Joiosa.

Un paseo por el cauce del río Amadorio, regenerado y convertido en parque, nos permite no sólo disfrutar de un pulmón verde en el centro de la ciudad, sino también contemplar estas casas de colores sobre la muralla desde otros ángulos. Como curiosidad este parque, a la otra orilla del río, encontramos otro edifico singular de La Vila Joiosa, el ‘Molí Reial de la Llobeta’, en proceso de rehabilitación.

Colores en La Vila Joiosa
Casas sobre la muralla desde abajo

Paseo San Pedro

El ‘Passeig Sant Pere’ , que cubre los grandes almacenes del puerto romano de Allon, es uno de los lugares con más encanto del Casco Antiguo de La Vila Joiosa. Está ubicado frente a la playa centro, a la parte derecha de la Costera de la Mar, por lo que forma parte de la fachada marítima del municipio. El raval marinero que se extiende hasta la playa, data del siglo XVIII cuando el crecimiento de la población obliga a construir extramuros.

En el siglo XIX este paseo se conocía como “Rincón de la Habana”, no sólo por sus coloridas fachadas, sino porque en aquel momento La Vila era un puerto muy importante.

Desde aquí partían hacia colonias de ultramar, entre ellas Cuba, grandes veleros cargados con productos manufacturados, sobre todo en Alcoy: papel de fumar y telas especialmente.

Durante el siglo XX se celebraba aquí la fiesta de San Pedro, antiguo patrón de los pescadores, y en ella, además de cucañas, regatas y feria, se jugaba al ‘Basi’. El juego consistía en teñir el agua de la fuente de color rojo y se lanzaban monedas que los niños tenían que encontrar.